En él, tiempo suspendido.

Tiempo suspendido, ingreso en el éter donde todo es percibido.
Soy parte de la trama que a la vez entretejo.
Me acerco, te acercas, choque de astros, la Tierra explota debajo mío.
Una revolución se inicia cuando tus manos me recorren,
nuestras respiraciones se unen al compás del deseo manifiesto.
Como danza ancestral, somos un sólo movimiento que elípticamente nos eleva hasta el éxtasis.
En ese instante, todo es eterno.
Me observo a través tuyo, navego en las profundidades de tu mirada y me reencuentro.
El silencio nos arrulla, mientras la tarde cae.

Creatividad natural

La creatividad está en nuestra naturaleza. Somos seres creativos y durante nuestra infancia desarrollamos esta cualidad hasta que la educación convencional nos va limitando, haciéndonos callar y sintiendo a veces vergüenza por expresar nuestra original y genuina creación.
La represión se apodera de nuestra alma y paulatinamente vamos dejando a un lado este mundo mágico y contundente. Muchos permitimos que esta luz se opaque y deje de brillar por largos años, hasta que la misma vida nos muestra la puerta para volver a abrir este espacio de plena conciencia y conexión con lo Divino.
Dar un paso implica dejar ataduras, arriesgarnos a volver a creer en nuestra intuición y en nuestra capacidad de ser únicos y creativos.
Crear y recrear la vida que nosotros elijamos, personalizarnos según nuestra visión del mundo, incorporar los ingredientes que conviertan nuestra existencia en un camino con sentido, emociones y pasión.
Agudizar nuestra observación, volcarnos a lo simple y profundo, a todo lo que permita trascendernos y encender la llama de nuestra vocación y evolución.
La verdad está dentro nuestro, la libertad es un principio inherente a nuestra condición humana.
Soy libre y tengo derecho a crear y re-crearme.